jueves, 16 de julio de 2009

EL MIEDO 2ªPARTE

EL CAMIMO HACIA LA TRISTEZA


Dentro de la andadura en la que estamos inmersos buscando el sentido, el porque de la violencia… hemos visto como detrás de muchas formas de violencia, se escondía el miedo.
Hemos visto como ese miedo o nos paralizaba o nos llevaba a reaccionar con violencia. También comentamos que dentro del ser humano solo existen dos sentimientos, el Amor y el Miedo…y que ese miedo era el causante de no dejarnos vivir y sentir el amor.
Comentábamos también que el amor es un sentimiento que se va a ir despertando y desarrollando en nosotros en base a nuestra vivencia de humildad, de sinceridad, de bondad, de respeto, de solidaridad…y en base a estas actitudes y a algunas más, a las que ahora añadimos LA ALEGRÍA Y EL HUMOR; ese amor de cada uno va a ir creciendo, se iba a ir desarrollando…pero si nuestro corazón estaba lleno de miedo, el espacio del amor se va a ir haciendo cada vez más pequeño.

¡¡¡Que respuesta de alegría, de humor va a dar ese corazón si lo que le llega es temor, miedo, duda, inseguridad, obsesión…!!!. La única respuesta que puede salir de el, la única energía que puede elaborar es…Tristeza y angustia.

Vivimos en una sociedad donde se nos hace creer y es cada día más evidente que la vida es una lucha, es una guerra…donde los que triunfan solo son los mejores, los más fuertes, los más capaces. Donde lo que cuenta es lo material…tener más, ser más y así la vida se convierte en una lucha, una vida a la que hay que hacer frente cada día… y así se entra en esa rueda que estanca e impide que se desarrolle nuestra alegría, nuestro humor.

Una sociedad cada vez más triste y angustiada. Una sociedad cada vez más seria, seria porque esta temerosa, dudosa y obsesiva. Cada vez con menos ánimos, con menos humor, con menos amor…Si nos damos cuenta y nos fijamos un poco, vemos que estamos perdiendo el sentido del humor, de que cada vez la gente tiene menos humor. Cada vez la gente es más seria, más estricta, más rígida...

Hasta tal punto se está perdiendo el humor, que hay personas que les molesta o les sienta mal que otros se rían o estén de buen humor. Son personas que se enfadan y que sufren con la alegría ajena y no se explican cómo no hay alegría en ellos. El humor se está convirtiendo en un asunto muy se-rio.

La alegría, es un bien escaso que cada vez está más relacionado con el triunfo. Hoy prácticamente solo estamos contentos o de humor cuando las cosas salen como nosotros queremos que salgan, cuando conseguimos lo que queremos…y es que cada uno queremos el mundo hecho a nuestra medida, el mundo a la carta. Cuando eso ocurre nosotros estamos contentos, pero cuando las cosas no son como nosotros queremos que sean, entonces nuestro ánimo es quejoso, es lastimero, gris; juicioso, crítico…

¡Y es que tengo motivos para estar de mala leche!, para estar cabreado, para estar serio... ¿Y quién no?. Podemos tener muchos motivos, pero si analizamos con sinceridad esos motivos podemos ver que –en general- esos motivos son debidos a que queremos que las cosas sean como nosotros queremos que sean. El ánimo se ha convertido en una querencia. Todo esto se mide luego por nuestro nivel de lamento, protesta o queja y exigencia.

Ni qué decir tiene que todo ello se va a reflejar en los órganos internos y así será frecuente que aparezcan palpitaciones, tensión, dolor de estómago, diarrea, dolor de cabeza, dolor de nuca, sudoración, insomnio, infartos, tumores y un larguísimo etc. de síntomas, que cada vez son más frecuentes y habituales en esta nuestra sociedad.

Habitualmente atribuimos a los factores externos nuestros cambios de humor y los buenos humores o los malos humores, dependiendo de las noticias o el comportamiento de nuestro entorno con respecto a cada uno. Eso indudablemente tiene un valor, sí, pero…la respuesta con humor saludable -ante cualquier acontecimiento externo- la tiene los mecanismos internos de cada uno.

Nuestro corazón es el que elabora, mueve y promueve nuestra alegría, nuestro animo, nuestro humor. Y cada uno tenemos un sentido del humor propio, personal…cada cual tiene un humor propio de sus experiencias, de sus relaciones con el medio, de sus triunfos, de sus fracasos, de sus gustos, de sus hormonas… de ¡tantas cosas!. Pero, se ejerce o se puede ejercer -en base al trabajo diario, al esfuerzo continuado-. Y si dejamos nuestro humor, nuestro animo, nuestra alegría de vivir solamente expuesta e influenciada por lo que nos ofrece el exterior, lo cierto es que podemos estar siempre tristes y vamos a acabar enfermando.

No podemos dejar nuestro humor y alegría solo dependan de que obtengamos un beneficio o de que las cosas sean o salgan como nosotros queremos. Porque entonces siempre nos pondrán o nos vamos a encontrar con circunstancias y acontecimientos, para tener mal humor.
Nuestra respuesta de humor, no se tiene que quedar limitada a eso, sino que tenemos que asimilar cada acontecimiento como algo que tenia que pasar, más allá de que tengamos razón o no, pero eso no va a ser motivo de que nos pongamos de mal humor y nos enfademos, nos cabreemos…etc. Si no…que lo que pase nos afecte lo menos posible.

Para mantener un humor aceptable y complaciente con nosotros mismos y con el exterior es necesario cierto nivel de COMPRENSIÓN Y ACEPTACIÓN. La comprensión y la aceptación son los elementos que me van a quitar protagonismo…en ese sentido que decíamos de querer que todo sea o salga según lo que nosotros queramos.
La comprensión y la aceptación van a hacer que nuestro humor no se perturbe por todo lo que acontece en el exterior.

Aceptar a todo y a todos como parte de la expresión que tenemos alrededor. Es decir todo lo que pasa y acontece fuera tiene una razón, un sentido de ser. Y el motivo no tenemos porque entenderlo. Muchas veces no aceptamos las cosas, porque no las entendemos. Y no se trata de que lo entendamos o no. Si no que comprendamos que pasa por algo. Y luego más adelante vemos que eso que vivimos como malo y además no lo entendimos…hoy no lo es. Y es ahora cuando podemos comprenderlo.

Además muchas veces pretendemos cambiar, quitar combatir esa situación que se está dando:! No! es así. Porque al quererlo combatir, muchas veces empeoramos la situación. Esa aceptación nos va a permitir mantener un humor saludable.
Cada uno de nosotros en nuestra vida realizamos cosas, de las cuales somos o nos sentimos responsables, porque sentimos que debemos de hacerlas, mas allá de que luego salgan bien o salgan mal.
Hay una responsabilidad propia que tenemos que asumir, aparte de lo que haya podido hacer el entorno.
Porque si queremos buscar culpables fuera, siempre los vamos a encontrar.
No hay culpas, ni culpables, se trata de que cada uno asuma la responsabilidad de sus errores.

El observar nuestros errores con sinceridad y aprender de ellos nos va a permitir descubrir esa alegría se vivir.
Si ponemos a funcionar estos elementos, vamos a descubrir cambios en el exterior, pero que se van a dar partiendo de cada uno. Y esos cambios nos pueden sorprender, pero hay que atreverse a hacerlos. Desde uno mismo. Desde el corazón de cada uno.
Porque es ese corazón de cada uno, el que nos va a mostrar nuestro camino, nuestro destino. El es el que nos va a llevar… si nos dejamos llevar por el. El es el que nos va a decir lo que tenemos que hacer y como lo tenemos que hacer.
Partiendo de lo que hay, partiendo de la labor que está realizando cada uno. Del compromiso y la responsabilidad de cada uno. En la sinceridad del compromiso y responsabilidad de cada uno.

Y por último, todos tenemos nuestro humor y no es para nosotros solos. Nuestro humor es también para darlo a los demás, para servir a los demás, para ofrecerlo a los demás... Porque cuando uno aporta un poquito de humor en algún problema o situación difícil... las cosas toman otro camino y se solucionan de otra manera.

El aroma de la vida, en su esencia, es alegre, y la alegría…como bien decían los grandes sabios antiguos, es el sentimiento que fortalece el corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario